DiverXO

No lo lle­gué a con­tar en su momento, supongo que por­que estuve dema­siado ocu­pada haciendo la diges­tión sin ener­gía para nada más, pero ahora que acaba de salir la Guía Miche­lín 2014 con las nue­vas estre­llas otor­ga­das y todo eso tengo la excusa per­fecta para hablar del res­tau­rante que está en boca de todos, DiverXO, tras con­se­guir su ter­cera estre­lla hace unos días.

DiverXO fachada

La dis­creta fachada en la calle del Pen­sa­miento

Resulta que este año no sabía qué rega­larle a Jorge por su cum­ple por­que siem­pre que hay algo que le gusta o le interesa sim­ple­mente se lo com­pra ipso facto. Decir “¡Qué guay esto!” y hacer el pedido en 1-Click de Ama­zon con envío gra­tis de cuenta Pre­mium son todo uno con este chico. Por eso yo casi nunca tengo ideas, la única posi­bi­li­dad es encon­trar algo que le pueda gus­tar antes de que él mismo lo vea pero con inter­net eso es casi impo­si­ble. Antes me curraba unos rega­los DIY bas­tante molo­nes pero eso era cuando estu­diaba y vivía en una ciu­dad sin pla­nes como Sevi­lla, en Madrid tengo que pen­sar otras cosas. Lo mejor en estos casos es rega­lar algo que pue­das recor­dar siem­pre y se me ocu­rrió cele­brarlo con un menú degus­ta­ción en uno de los res­tau­ran­tes con estre­lla Miche­lín de la capital.

Cerdos con alas
Vista de la sala

Cer­dos con alas y vista de la sala

Uno de los que más me atraían era DiverXO. Me lla­maba la aten­ción el tipo de comida crea­tiva de fusión con ten­den­cias asiá­ti­cas, el aspecto de su joven chef David Muñoz al que a veces se puede ver coci­nando en el Stree­tXO del Gour­met Expe­rience en Callao y, por qué no, los cer­dos con alas del res­tau­rante. Y luego leí sobre todo el rollo de la comida radi­cal y el “en mi res­tau­rante no hay pla­tos ama­bles”, que fue­ron para mí una espe­cie de pro­vo­ca­ción deci­siva. Reservé con algo menos de un mes de ante­la­ción (las reser­vas se abren siem­pre un mes antes con sólo unas 30 per­so­nas por turno, así que creo que tuve suerte) para el sábado 8 de junio a mediodía.

Aperitivo: judías edamame con cremas de aceituna kalamata y yuzu (cítrico japonés)

Ape­ri­tivo (unas “acei­tu­nas” muy crea­ti­vas): judías eda­mame con cre­mas de yuzu (cítrico japo­nés) y acei­tuna kala­mata

Uno o dos días antes de la fecha te lla­man para con­fir­mar y pre­gun­tar si tie­nes alguna aler­gia o algo que no pue­das comer, puesto que en DiverXO no hay carta, sólo menús cerra­dos. Noso­tros ele­gi­mos el menú corto de 7 pla­tos, frente al largo de 9, y la bote­lla de vino blanco que nos reco­mendó el sim­pá­tico sumi­ller. Toda la plan­ti­lla era muy ama­ble y sen­ci­lla, nada de gente esti­rada ni ambiente pre­ten­cioso o enrarecido.

Caldo de leche de coco con berberechos, zamburiñas y pochas servido dentro de un coco joven

Caldo de leche de coco con ber­be­re­chos, zam­bu­ri­ñas y pochas ser­vido den­tro de un coco joven, con acom­pa­ña­miento incom­pleto
Salsa de mejillón en escabeche con crujiente, pochas emulsionadas y sardinas asadas/ahumadas con puré de jalapeño y micro chanquetes fritos por encima

Acom­pa­ña­miento de la sopa: salsa de meji­llón en esca­be­che con cru­jiente, pochas emul­sio­na­das y sar­di­nas asadas/ahumadas con puré de jala­peño y micro chan­que­tes fri­tos por encima

El menú es total­mente sor­presa y supongo que cam­biará bas­tante. La única pista es una suerte de misiva del chef “Dabiz Muñoz” con la des­crip­ción de la expe­rien­cia DiverXO: “Mon­taña Rusa. Mari­po­sas en el estó­mago. Cer­dos que vue­lan. Pla­tos lienzo.”. Nos con­ta­ron que el con­cepto con el que tra­ba­ja­ban en ese momento era una espe­cie de lien­zos donde los coci­ne­ros que sir­ven van pin­tando los pla­tos poco a poco. Algu­nos los ter­mi­nan delante de ti. De hecho la vaji­lla en sí se com­po­nía de unas pale­tas y tabli­llas pla­nas y blan­cas con una parte grande y una pequeña, que iban alter­nando según “pin­ta­ban” encima. Bien, todo muy bonito y artís­tico y tal y cual, pero lo que importa al fin y al cabo es lo que comes. Y para eso ya no tengo pala­bras. Algu­nos sabo­res fue­ron los más increí­bles que he pro­bado nunca y casi cada bocado y plato nuevo que traían era un espec­táculo. Estu­vi­mos comiendo durante 3 horas y fli­pando la mayor parte del tiempo. Eso sí, aun­que algu­nas de las cosas que pro­ba­mos eran abso­lu­ta­mente deli­cio­sas no podría­mos comer cosas así a menudo. Una vez al año como máximo.

Jugo de kimchi con fresitas de aranjuez, yogur y café, acompañando unos chipirones cocinados directamente en la llama del wok, con arroz rojo japonés por encima

Jugo de kim­chi (guiso coreano picante de ver­du­ras fer­men­ta­das) con fre­si­tas de aran­juez, yogur y café, acom­pa­ñando unos chi­pi­ro­nes coci­na­dos direc­ta­mente en la llama del wok, con arroz rojo japo­nés por encima

Aun­que la can­ti­dad de comida en sí no es exa­ge­rada, no fui­mos capa­ces de comer nada más hasta el día siguiente. No sé si fue por la bote­lla de vino que nos aca­ba­mos entera, por estar tanto tiempo comiendo o por­que tan­tos sabo­res y tan­tas cosas fuera de lo común satu­ran tu apa­rato diges­tivo por com­pleto. Ni siquiera ayudó vol­ver cami­nando al cen­tro desde Tetuán, donde se encuen­tra el res­tau­rante. En cual­quier caso, mere­ció la pena con cre­ces y nos ale­gra­mos de haber optado por el menú corto.

Carrillera de atún glaseada al jengibre, acompañado de guisantes con pimienta de Sichuan, albahaca y parmesano

Carri­llera de atún gla­seada al jen­gi­bre, acom­pa­ñado de gui­san­tes con pimienta de Sichuan, albahaca y par­me­sano
Dim sum de patata canaria con tuétano

Dim sum de patata cana­ria con tué­tano

Hice fotos de todos los pla­tos y de los deta­lles, y tam­bién anoté más o menos lo que era cada cosa con­forme nos lo des­cri­bían para poder acor­darme luego, así que si os interesa podéis seguir viendo el resto de las fotos con sus des­crip­cio­nes. La cuenta, con los dos menús cor­tos, la bote­lla de vino y dos bote­llas gran­des de agua, ascen­dió a unos 230€ al final. Para noso­tros fue una expe­rien­cia alu­ci­nante que vale cada euro y que reco­miendo para cual­quiera al que le guste pro­bar cosas nue­vas y no tenga miedo de hacerlo. Creo que tuve buen ojo esco­giendo regalo y no hay duda de que los seño­res de la guía Miche­lín aprue­ban mi elección ^-^

Cocochas de merluza al pilpil de foie (hecho con el aceite del foie), setas cinderella y espuma de horseradish (rábano picante inglés, parecido al wasabi)

Coco­chas de mer­luza al pil­pil de foie (hecho con el aceite del foie), setas cin­de­re­lla y espuma de hor­se­ra­dish (rábano picante inglés, pare­cido al wasabi)
Carabinero pochado con espinas de salmonete y una especie de pan de gambas

Cara­bi­nero pochado con espi­nas de sal­mo­nete y una espe­cie de pan de gam­bas
Salmonete glaseado en el wok con vino chino, regado con el jugo de la cabeza del carabinero, acompañado de flores de cebollino y tonburi

Y el plato recí­proco: sal­mo­nete gla­seado en el wok con vino chino, regado con el jugo de la cabeza del cara­bi­nero, acom­pa­ñado de flo­res de cebo­llino y ton­buri (“caviar de mon­taña”, las semi­llas de un arbusto japo­nés)
El pescado que sabe a carne: civet (guiso parecido al estofado) de bacalao al jabalí con salsa ponzu, acompañado de patata soufflé con una fina línea de trufa

El pes­cado que sabe a carne”: civet (guiso pare­cido al esto­fado) de baca­lao al jabalí con salsa ponzu, acom­pa­ñado de patata souf­flé con una fina línea de trufa
Bollo cocido relleno de rabo de toro con una yema de huevo de codorniz

Bollo cocido japo­nés relleno de rabo de toro con una yema de huevo de codor­niz
Tomate (en puré, confitado y en lámina caramelizada), sorbete de frambuesas con nueces cantonesas a las 5 especias chinas y frambuesas al jengibre

Tomate (en puré, con­fi­tado y en lámina cara­me­li­zada), sor­bete de fram­bue­sas con nue­ces can­to­ne­sas a las 5 espe­cias chi­nas y fram­bue­sas al jen­gi­bre

El tributo a Indie Game The Movie

Esto tiene ya bas­tante tiempo pero aun así no que­ría dejar de con­tarlo por aquí. Resulta que en la última Hack Me Up que tuvi­mos en la ofi, en vez de pro­gra­mar algo, Jorge y Davide se dedi­ca­ron a gra­bar un vídeo sobre la pro­pia HMU ins­pi­rado en el docu­men­tal inde­pen­diente Indie Game The Movie. Más con­cre­ta­mente, gra­ba­ron un remake plano a plano chu­lí­simo del trái­ler ori­gi­nal. Por supuesto, en menos de 24h y sin dor­mir, un pro­yecto de HMU como está mandado.

Indie Game The Movie

Por si no cono­céis esta peli (algo bas­tante nor­mal por­que no mucha gente la conoce), Indie Game The Movie trata a gran­des ras­gos sobre los video­jue­gos inde­pen­dien­tes que sue­len hacer entre 1 o 2 per­so­nas. Para ello reco­rre la his­to­ria de tres jue­gos, Fez, Super Meat Boy y Braid, hasta el punto en el que se encon­tra­ban durante el rodaje. Cuenta lo com­pli­cado que es tener éxito, el infierno de sacar el pro­yecto ade­lante, la tre­menda pre­sión que se sufre y sobre todo el nivel bru­tal de impli­ca­ción per­so­nal del crea­dor. Yo tengo que admi­tir que no la he visto entera, me abu­rrí un poco a eso de la mitad y la dejé, en parte por­que no solía jugar a nin­guno de los 3 jue­gos pro­ta­go­nis­tas ni el tema me intere­saba espe­cial­mente. Pero el trái­ler sí que lo había visto bas­tan­tes veces y ade­más me gus­taba mucho la banda sonora. Y por supuesto, la ver­sión HMU me encanta. Si lo que­réis ver, os reco­miendo mirar pri­mero el trái­ler ofi­cial.

Creo que quedó genial, sobre todo con­si­de­rando que se hizo prác­ti­ca­mente en una noche. Yo no me canso de verlo aun­que me dé penita o emo­cione un poco. Sale la ofi, la Gran Vía desde arriba, la calle Val­verde, la Fábrica Mara­vi­llasPara rema­tar, hace unas sema­nas apa­re­cie­ron ade­más en el pro­pio blog de la peli: This is kinda fan­tas­tic…, con un agra­de­ci­miento de los auto­res, ¡una pasada!

Main Characters

Equi­va­len­cias per­so­na­les

La pan­ta­lla gigante de una de las esce­nas no es gigante por un efecto óptico o un com­plejo manejo de los pla­nos. Es una TV enorme de ver­dad que estaba allí por casua­li­dad con un por­tá­til enchu­fado. Y como Jorge bien apunta en los comen­ta­rios de You­tube, nin­gún teclado fue dañado en la rea­li­za­ción de este vídeo. El que sale es un teclado lava­ble Logi­tech k310, una acla­ra­ción muy necesaria.

La locura de septiembre

Durante el mes de agosto Madrid se dis­fraza de ciu­dad nor­mal. Cie­rran algu­nos sitios, otros redu­cen sus hora­rios y el número de pla­nes durante los fines de semana se vuelve más mane­ja­ble, per­mi­tiendo incluso no tener que sacri­fi­car even­tos chu­los por­que hay tan­tos que siem­pre se sola­pan entre sí. Tam­bién la can­ti­dad de gente por la calle deja de ser tan ago­biante y sitios súper popu­la­res dejan de tener colas kilo­mé­tri­cas en la puerta.

Agua de Madrid

Agua de Madrid, con cava y licor del Madroño, en La Latina

Sin embargo, todo eso es en la super­fi­cie, para des­pis­tar y que per­so­nas como yo se con­fíen y aco­mo­den. Mien­tras tanto en el inte­rior se va inflando una espe­cie de globo gigante de even­tos, noti­cias y nue­vas aper­tu­ras que ter­mina explo­tando con la excusa de la vuelta al cole y pro­voca una sobre­do­sis tan abru­ma­dora de cosas para hacer y sitios que visi­tar, que ter­mina incluso estre­sando. Pero en este caso lo de sarna con gusto no pica es ver­dad y no un sim­ple truco de auto­en­gaño. Lo peor, sin duda, es tener que ele­gir pla­nes y renun­ciar a otros que pin­tan genial.

¡Al mer­cado!

Han vuelto todos los mer­ca­di­llos que nor­mal­mente se toman un des­canso en verano. Cada fin de semana hay al menos 3 o 4 de dis­tin­tas temá­ti­cas. Entre ellos tal vez des­taca el más famoso de cosas de segunda mano y mobi­lia­rio vin­tage: el Mer­cado de Moto­res, que ha cam­biado de ubi­ca­ción, de la Nave de Moto­res del metro de Madrid a la que creo que debe su nom­bre, a una igual­mente apro­piada: el Museo del Ferro­ca­rril de Deli­cias. Ahora es más grande, con más cosas entre­te­ni­das y un poco más pare­cido a los mer­ca­di­llos de Lon­dres, sobre todo en la zona de comida. Y los tre­nes del museo cons­ti­tu­yen un buen deco­rado para todos los cui­da­dos pues­tos lle­nos de mue­bles, ropa y acce­so­rios vintage.

Mercado de motores
Mercado de motores

Máqui­nas, bro­chas y gafas y las paja­ri­tas de zmbrn’o

Deco­rac­ción

Hace una semana se cele­bró Deco­rac­ción 2013, que me sor­pren­dió muchí­simo. Es un evento en el que deco­ra­do­res, anti­cua­rios y artis­tas toman las calles del barrio de Las Letras para mon­tar una pasada de ins­ta­la­cio­nes (se pue­den ver todas aquí). Tam­bién había tien­das y res­tau­ran­tes pop-up en Media­lab Prado y un mer­ca­di­llo de anti­cua­rios que ocu­paba unas cuan­tas calles y que era como una ver­sión pequeña de Por­to­be­llo Road, mucho más bonita. Es una pena que fuese tan difí­cil hacer fotos por la can­ti­dad de gente que había. El año pasado ya habían hecho Deco­rac­ción 2012, pero fue una edi­ción mucho más modesta en un fin de semana en el que estuvo llo­viendo. Este año ha molado mil.

Decoracción 2013
Decoracción 2013

Algu­nos pues­tos por las calle San Pedro, Que­vedo y Cer­van­tes

Inves­ti­ga­do­res y TEDx Madrid

El vier­nes fue la Noche de los Inves­ti­ga­do­res, algo en lo que par­ti­ci­pa­mos con nues­tra pro­pia historia/challenge en el Espa­cio Fun­da­ción Tele­fó­nica. Más curro fuera del hora­rio habi­tual de tra­bajo pero que al final mere­ció la pena por­que salió todo bas­tante bien, con entre­vista de la tele incluida.

Y final­mente, este sábado tocaba el TEDx Madrid. No estaba muy segura sobre asis­tir o no por­que mirando el pro­grama muchas de las char­las no me intere­sa­ban real­mente y mi estado de salud no es el idó­neo para pasar 10 horas en unas con­fe­ren­cias. Pero me gus­taba la gente que se apun­taba de mi tra­bajo, el sitio donde se cele­braba y otras cosi­tas de la orga­ni­za­ción (Mata­dero Madrid, cate­ring de Oli­via te Cuida, bol­sas hechas nada menos que por peSeta…). Y la ver­dad es que no me arre­piento nada de haber ido, a pesar de que que más o menos la mitad de las char­las no me gus­ta­ron dema­siado y que hubo dos que incluso odié. Pero mere­ció mucho la pena por las dos o tres que me encan­ta­ron, la Unles­son en la que me hice unos ban­de­ri­nes de reta­les cor­te­sía de peSeta, por vol­ver a pro­bar las cosi­tas ricas de Oli­via (unas con­fe­ren­cias en las que te dan para comer cevi­che y ensa­la­das de bro­tes y cala­baza asada con almen­dras y beren­je­nas con gra­nada… ^^) y por oir una tromba de agua gol­pear el techo de la nave 16 en la que se fue la luz. Si el año que viene estoy por aquí, espero repetir.

TEDx Madrid 2013
TEDx Madrid 2013

El car­tel de la unles­son y el público al comienzo

Ade­más de todo eso, por si que­daba algo de tiempo, hay anti­guos com­pa­ñe­ros que vie­nen de visita desde sus fríos paí­ses de resi­den­cia, Hack Me Ups, even­tos exclu­si­vos gra­cias a mi nuevo club de elite y lo real­mente triste, muchas fies­tas de des­pe­dida. Sep­tiem­bre es un mes de cam­bios y de empe­zar cosas nue­vas así que toca decir adiós a todos los que deci­den empren­der nue­vas aven­tu­ras a mi alre­de­dor, que des­afor­tu­na­da­mente son muchos.

Y bueno, mirando como está ya mi agenda de repleta, parece que octu­bre viene incluso más car­gado. Vea­mos en qué queda :)

La ciudad de diseño

Un fenó­meno curioso de mi tra­bajo en Madrid es el redu­cido pero cons­tante flujo migra­to­rio de com­pa­ñe­ros a tie­rras nór­di­cas para tra­ba­jar en Spo­tify. Hay ya unos cuan­tos allí, así que era una buena idea hacer­les una visita y así ver en directo el país de Hen­ning Man­kell, los kanel­bu­llar e Ikea. Tras hacer mucho encaje de boli­llos con fechas y vue­los nos pilla­mos bille­tes para el último finde de agosto, para pasar 3 días y medio en Esto­colmo antes de que empe­zase a nevar en octu­bre o algo así.

Tunnelbana Rådhuset

Espec­ta­cu­lar gruta en la esta­ción de metro de Råd­hu­set

La capi­tal sueca superó bas­tante mis expec­ta­ti­vas como ciu­dad, y mira que eran muy altas. Había leído cosas sobre el diseño en gene­ral en Sue­cia, la pro­li­fe­ra­ción de tien­das donde encon­trar mue­bles y obje­tos de deco­ra­ción, el mon­tón de estu­dios y gale­rías que te encuen­tras por la ciu­dad… Y la ver­dad es que lo ves en cuanto bajas del avión y das una vuelta por las áreas de espera de las puer­tas de embar­que. Luego no haces más que con­fir­marlo en cada tienda, café, gale­ría comer­cial y por supuesto esta­ción de metro en la que entras. Las esta­cio­nes de metro for­man de hecho una gale­ría de arte gigante a lo largo de la ciu­dad. Todo está extre­ma­da­mente cui­dado esté­ti­ca­mente en esti­los muy dife­ren­tes, desde las calle­jue­las y pla­zas con suelo de pie­dra de Gamla stan hasta las lujo­sas bou­ti­ques y res­tau­ran­tes de Öster­malm, sin olvi­dar los cafés y las tien­das ultra trendy de Söder­malm. Es una ver­da­dera ciu­dad de diseño que a la vez resulta súper aco­ge­dora y agra­da­ble.

Gamla Stan - Mårten Trotzigs Gränd
Urban Outfitters | Flickr: Intercambio de fotos

Mår­ten Trot­zigs Gränd, la calle más estre­cha de Esto­colmo y el Urban Out­fit­ters

Es intere­sante que esa sen­sa­ción de que todo es bonito y per­fecto tam­bién se refleja en la gente. Me llamó muchí­simo el aspecto esme­rado y la indu­men­ta­ria de la mayo­ría de gente que te cru­za­bas por la calle o en el trans­porte público y que no eran turis­tas. Eso sumado a que los sue­cos en gene­ral son muy altos, muy rubios y muy per­fec­tos me hacía sen­tir un poco como un hob­bit o un enano yendo de visita a Riven­dell. Era divertido.

Arandanos

Arán­da­nos súper ape­ti­to­sos en el mer­cado de agri­cul­to­res

Gra­cias a nues­tros anfi­trio­nes una de las cosas que pudi­mos hacer en Est­colmo fue ir a ver las ofi­ci­nas de Spo­tify. Efec­ti­va­mente, molan tanto como podáis ima­gi­nar, con el pack com­pleto de cosas guays de gran empresa de Inter­net: salas de jue­gos, billar, deco­ra­ción súper molona, mesas de ping-pong… deco­ra­ción chu­lí­sima y un esce­na­rio para con­cier­tos en la enorme zona de cocina. A mí lo que sin duda me empu­ja­ría a ir a tra­ba­jar los fines de semana fue­ron las dos máqui­nas de pin­ball (¿por qué los bares ya no tie­nen máqui­nas de pin­ball, por qué?) y la nevera llena de Inno­cent Smoot­hies de un mon­tón de sabo­res.

Stadsbiblioteket

La impre­sio­nante biblio­teca muni­ci­pal de Esto­colmo

Ir a las ofis de Spo­tify no creo que lo inclu­yan pronto en los tours turís­ti­cos, pero aparte de eso aquí os dejo una pequeña selec­ción de sitios que me gus­ta­ron mucho:

  • La Stads­bi­blio­te­ket, una biblio­teca con una arqui­tec­tura impre­sio­nante en la que es gra­tis entrar, mola mucho si te gus­tan los libros por­que lite­ral­mente te rodean. Svea­vä­gen 73, 113 50 Sto­ckholm (Vasastaden).
  • La tienda de Urban Out­fit­ters. UO era uno de los sitios donde a veces me com­praba ropa en Lon­dres, prin­ci­pal­mente en reba­jas (toda­vía lo sigo haciendo online). Sus tien­das sue­len molar y la que tie­nen en Esto­colmo es la más chula que he visto hasta el momento, cons­truida en el anti­guo cine Röda Kvarn y situada en medio de Biblio­teks­tan, la zona de shop­ping por exce­len­cia. Biblio­teks­ga­tan 5, 111 46 Sto­ckholm (Östermalm).
  • El puesto de aren­ques fri­tos Nys­tekt ström­ming. Es una forma genial de pro­bar algo típico sueco sin gas­tar mucho dinero, por 35kr ya se puede con­se­guir un bocado bas­tante decente, y como en todas par­tes se puede pagar con tar­jeta. Söder­mal­ms­torg 1, 116 45 Sto­ckholm (Slus­sen, entre Gamla stan y Södermalm).
  • El uber-cool dis­trito de SoFo, en medio de Söder. Aquí encon­tra­mos tien­das como Grandpa, delis muy neo­yor­qui­nos como el Nytor­get Urban Deli o el estu­pendo mer­cado de agri­cul­to­res que tiene lugar los sába­dos por la mañana en el paseo Kata­rina ban­gata. Merece mucho la pena pasear por allí. SoFo, South of Fol­kun­ga­ga­tan, limi­tando con Ring­vä­gen, Ers­ta­ga­tan y Göt­ga­tan (Sördermalm).
Spotify HQ

Un espa­cio cual­quiera en las ofis de Spo­tify

Hubo muchos más luga­res que me encan­ta­ron y un puñado de sitios que me dejé pen­dien­tes, igual tengo que vol­ver el verano que viene :) Muchas más fotos del viaje en el corres­pon­diente set de Fli­ckr.

Dosis de naturaleza por los Campos de Castilla

El año pasado orga­nicé una excur­sión a Aran­juez en el Tren de la Fresa a la que se apun­ta­ron como unos 13 o 14 com­pis del tra­bajo y que resultó diver­tida, por lo que cuando leí hace tiempo sobre el tren Cam­pos de Cas­ti­lla me pare­ció una buena idea reser­var para el verano. Este viaje orga­ni­zado por Renfe y una agen­cia de viaje con­siste en via­jar a Soria desde Madrid en tren y pasar un finde haciendo algu­nas excur­sio­nes y visi­tas guia­das, siguiendo un poco los pasos de Anto­nio Machado y tal.


Soria | Flickr: Intercambio de fotos

Los arcos de San Juan de Duero y las figu­ras de un tea­tro de autó­ma­tas en la Plaza del Olivo y l

Des­afor­tu­na­da­mente, el vier­nes ante­rior al viaje fue uno de esos días en el que los com­pa­ñe­ros de tra­bajo se diri­gen en masa a algún bar con alguna excusa y enton­ces uno se queda a tomar algo rápido con la idea de vol­ver pronto para hacer la maleta y dor­mir. Lo malo viene cuando en reali­dad apa­re­ces por casa más tarde de las 3:00 des­pués de los últi­mos chu­pi­tos de Jäger­meis­ter que siem­pre son un error. La ver­dad es que no sé muy bien cómo con­se­gui­mos levan­tar­nos a las 6:30 y lle­gar a Cha­mar­tín con tiempo de sobra para subir al tren en plena resaca.

Como bien adver­tían en el pro­grama, en Sigüenza irrum­pie­ron en el vagón tres acto­res muy bien carac­te­ri­za­dos dis­pues­tos a eje­cu­tar la ani­ma­ción tea­tral que dis­tin­gue este tren de otros nor­ma­les. La ver­dad es que eran los tres más o menos bue­nos, impro­vi­sa­ban muy bien con los via­je­ros y las his­to­rias y poe­mas que leían eran boni­tos. Pero noso­tros, con nues­tra resaca monu­men­tal, lo único que que­ría­mos era que los mal­di­tos calla­ran de una vez o que nos tra­je­ran unos tapo­nes para los oídos y un anti­faz en vez de tanto folleto turís­tico y rami­tas de romero. Nada más lle­gar, sin pasar por el hotel ni nada, fui­mos direc­ta­mente a la Ermita de San Satu­rio y al Monas­te­rio de San Juan de Duero. Infer­nal.

Círculo de la amistad Numancia | Flickr: Intercambio de fotos

Gerardo Diego, sen­ta­dito en la puerta del Círculo de la Amis­tad Numan­cia

Un zumo de tomate con tabasco y 2 horas de sueño más tarde ya éra­mos per­so­nas otra vez así que pudi­mos ir a ver el cen­tro de Soria y a un reci­tal de poe­sía de Anto­nio Machado en el aula donde daba cla­ses en el ins­ti­tuto que lleva su nom­bre. Bas­tante chuli todo aun­que un poco lento a ratos. Luego dimos una última vuelta por el cen­tro donde casi toda la ani­ma­ción se con­cen­traba en la Plaza de Herra­do­res. Por supuesto nos abs­tu­vi­mos de pro­bar la cer­veza arte­sa­nal del lugar, Cae­lia, bebi­mos un par de coca­co­las huyendo del frío inau­dito de Soria en agosto y nos fui­mos a dor­mir bas­tante pronto para levan­tar­nos al día siguiente a las 7, lis­tos para visi­tar el Par­que Natu­ral de la Sie­rra de Urbión y la Laguna Negra.

Torreznos de Soria | Flickr: Intercambio de fotos

Torrezno de Soria con caña y vermú, en el Mesón Cas­te­llano

Admito que el par­que natu­ral éste de la Laguna Negra era bas­tante fli­pante y los pai­sa­jes real­mente impre­sio­na­ban. Desde el auto­bús. En nin­gún momento me asal­taba a mí una impe­riosa nece­si­dad de bajar y ser uno con la natu­ra­leza, al revés, desde la ven­tana se veía todo súper bonito. Obvia­mente, la excur­sión no era nin­guna ruta de sen­de­rismo hard­core si no un sim­ple paseo en el que nues­tro vehículo nos dejaba a unos inocen­tes 200m. de la laguna en cues­tión. Estu­vi­mos por allí obser­vando la Laguna, yo siem­pre desde el seguro sen­dero mar­cado por mucho que los demás tuvie­ran inte­rés en tre­par a pie­dras y ese tipo de cosas. Luego fui­mos al yaci­miento cel­tí­bero de Numan­cia, que estuvo bas­tante guay pero resultó como lo ante­rior, un poco lento para gente sin pacien­cia como yo.

La Laguna Negra | Flickr: Intercambio de fotos

Una rama defor­mada por las nie­ves inver­na­les

Hacía mucho tiempo que no pisaba un suelo tan ale­jado de una ciu­dad, en el que no hubiese por ejem­plo cober­tura tele­fó­nica. Vamos, ni siquiera recuerdo cuándo fue la última vez. Lo bueno es que ya he tenido mi dosis de natu­ra­leza para los pró­xi­mos 10 años al menos (y sí, eso incluye cual­quier tipo de playa).

Mi Petit Mercado, by Mi Petit Madrid

En reali­dad esto iba a ser un pequeño apar­tado den­tro de un post más largo que tengo en el horno sobre mi colec­ción de guías de Madrid. Lo que pasa es que ayer me llegó un paque­tito com­ple­ta­mente por sor­presa que me hizo mucha ilu­sión. De hecho ha sido como un regalo de cum­plea­ños, por­que mi cum­ple fue el vier­nes pero los rega­los están retra­sa­dos en alguna ofi­cina de adua­nas llena de fun­cio­na­rios sin corazón.

El paque­tito en cues­tión venía de parte de Mi Petit Madrid, uno de los blogs que sigo para estar al tanto de cosas intere­san­tes y sitios chu­lis en mi que­rida ciu­dad. Es ade­más uno de mis favo­ri­tos por sus dife­ren­tes sec­cio­nes y las ilus­tra­cio­nes tan monas que hacen.

A final de junio, Mi Petit Madrid junto con Teresa pon la mesa saca­ron el fan­zine Mi Petit Mer­cado de Antón Mar­tín. Es el pri­mero de una serie de fan­zi­nes sobre los intere­san­tes mer­ca­dos de Madrid (yo ya os hablé una vez de uno de mis favo­ri­tos, el de San Fer­nando). El de Antón Mar­tín es genial, antes iba con cierta fre­cuen­cia por­que mi tra­bajo pillaba muy cerca. Me encan­tan el puesto de sushi y comida japo­nesa de Yoka Loka y el estudio-gráfico-café-puesto-bar-fanzineria Sand­wich Mixto (con el que han cola­bo­rado para sacar este fan­zine y donde lo podéis encon­trar). Ade­más, los alre­de­do­res del mer­cado molan mil, con el Cine Doré enfrente y todos los sitios gua­yí­si­mos de la calle Santa Isa­bel.

Mi Petit Mercado de Antón Martín | Flickr: Intercambio de fotos

El con­te­nido del paquete sobre una mochila

Ade­más del fan­zine, muy reco­men­da­ble para fans de Madrid, en el sobre venían dos pos­ta­les con ilus­tra­cio­nes de Vireta y un bro­che soleado de mini­mís, todo súper bonito.

¡Mil gra­cias Charo y Flo por una sor­presa tan linda!